Tras la última
jornada electoral, en la que los resultados, muy previsibles, han
dado una victoria clarísima a CiU y una composición parlamentaria
completamente derechista, con la subida del PP, el mantenimiento de
Ciudadanos y la entrada de Solidaridad Catalana, y la descenso de las
fuerzas del tripartito han dejado claro que por un lado, que la
sociedad estaba agotada por la incoherencia y la falta de
credibilidad del gobierno, y por otro, que nuestro futuro político
da un giro aún más hacia la derecha, la cual supone un peligro, en
momentos en que la tendencia de privatizar y desmantelar el estado
del bienestar se está imponiendo en toda Europa. Nos esperan
recortes de derechos, de salarios, austeridad, recetas que los
liberales aplican para hacer pagar la crisis a quien no ha sido
responsable, y que se seguirán aplicando en los próximos años de
crisis. De todos modos, no había ningún partido de izquierdas
parlamentario en condiciones de mostrar una imagen mínimamente
decente tras ocho años de gobierno, y hacer frente a la inevitable
alternancia que representa Mas.
También se ha puesto de
manifiesto una tendencia en el voto reflejada en el conflicto
identitario Cataluña-España, marcado por el ascenso de Solidaridad
pero también por el mantenimiento de Ciudadanos y la subida del PP,
con discursos demagógicos y populistas para uno y otro lado . No
menos destacado y preocupante es que el partido xenófobo de Anglada
haya estado a punto de entrar en el parlamento, con un importante
apoyo popular.
Debemos manifestar una vez más nuestra
decepción con este sistema electoral; donde las candidaturas que se
presentaban, como siempre, no han gozado de igualdad de condiciones,
donde los grandes partidos han gastado cantidades millonarias en sus
campañas utilizando el dinero de los ciudadanos, y donde no se ha
dado voz en los medios a todos los partidos que se presentaban. Los
defectos del sistema se mantienen: ley de Hondt, listas cerradas,
opacidad en las cuentas de los partidos... así como que han
importado muy poco los casos de corrupción que salpican a los
partidos, especialmente a CiU con el escandaloso caso Palau de la
Música.
Aunque los medios de comunicación destacaban una
jornada sin incidencias, lo cierto es que hubo y de graves. Las
papeletas del PRE-IR de la provincia de Tarragona contenían un error
en la denominación del partido que la junta electoral no detectó ni
solucionó a tiempo, sólo se ordenó que constara un cartel visible
en las mesas electorales con el error; pero en la práctica la gran
mayoría de colegios ni siquiera pusieron el cartel, tal y como
comprobaron nuestros apoderados durante la jornada. Este hecho, que
perjudicó gravemente nuestra imagen, no parece que vaya a ser tenido
en cuenta por la Junta Electoral a pesar de nuestras demandas.
En
cuanto al PRE-IR, debemos reconocer unos resultados muy modestos,
pero meritorios teniendo en cuenta nuestras limitaciones, los escasos
medios de los que disponemos y la nula -remarcamos, nula- atención
de los medios de comunicación. No son los resultados lo más
importante, sino el hecho de habernos presentado y de haber hecho una
campaña digna donde nos ha sido posible. La recompensa: El calor de
la gente de la calle que nos saluda y nos pide información al ver la
bandera tricolor; ver como nuevos compañeros y compañeras se
interesan por nuestro proyecto y colaboran desinteresadamente con
nosotros, recibir las felicitaciones de amigos y simpatizantes por el
trabajo hecho; ver como el proyecto que nuestro partido representa
crece día a día. Y como no, también estos 1.542 votos que
significan mucho para nosotros, ya que son votos de gente
comprometida y que cree en nuestro proyecto. Pero por encima de todo,
estas elecciones han supuesto un paso adelante para el Partit Republicà d'Esquerra, en todos los sentidos. La experiencia nos
ha enriquecido como personas y como partido, y por eso queremos
agradecer a aquellos simpatizantes, amigos, afiliados, votantes, a
todos aquellos que de una manera u otra ha colaborado con nosotros en
esta campaña ya que sin vuestra ayuda, no hubiera sido
posible.
Ramiro
Gil Morel
Coordinador General del PRE-IR
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