sábado, 10 de noviembre de 2012

El Partit Republicà d'Esquerra con la huelga general



El Partit Republicà d'Esquerra se une a la convocatoria de huelga general hecha por los principales sindicatos y otras organizaciones representativas de todos los sectores laborales y sociales del país agrupadas en la Cumbre Social, para el próximo 14 de noviembre, fecha en la que también se celebrarán huelgas generales en otros países europeos como Portugal, Italia y Grecia.

El PRE apoya y anima a secundar esta huelga general con el objetivo de que entre todos consigamos la paralización de nuestros países como forma de hacer visible el rechazo absoluto de la sociedad a unas políticas aplicadas por cada gobierno estatal y promovidas desde las altas instancias europeas y el Fondo Monetario Internacional, que son organismos sin legitimidad democrática, como supuesta solución a una crisis del sistema capitalista actual y sobre la base ideológica neoliberal de que si se salvan los sistemas bancarios y financieros, al final también se recuperará el empleo y la economía en general.

Esta política ha llevado a que el Gobierno español y el de las comunidades autónomas pongan en marcha, sin fecha de caducidad, un paquete de medidas tras otro que se resumen en una sola palabra: RECORTES. Se parte del supuesto absolutamente falso, de que hay que reducir el gasto público a toda costa y aplicar cambios legales conducentes a que el despido en las empresas sea un trámite barato e incluso gratuito, algo basado en la idea absurda de que cuanto mejor se pueda despedir más empleo se creará.

Estas políticas en las que, aparentemente, el Gobierno tiene una confianza ciega, están dando como resultado que el desempleo haya superado el 25% de la población activa, alcanzando cotas inadmisibles si hablamos del paro juvenil, con un 50%, o que haya nueve comunidades autónomas con un paro de hasta el 41% -como es el caso de Ceuta- (véase la última Encuesta de Población Activa).

Es decir, el panorama es de sobra conocido: Menos y peor sanidad y educación públicas por las que se paga y se “repaga”, un paro desbocado y una completa ausencia de crédito que ahoga hasta la extinción a las pequeñas y medianas empresas, a lo que se unen subidas de impuestos carentes de coherencia de manera que se sube el IRPF pero también el IVA, lo que, como es obvio, mata el consumo en una economía que se ha dado en llamar de la “sociedad de consumo” aparte de ser subidas profundamente injustas que castigan en mayor medida a las rentas medias y bajas.

Tampoco hay que olvidar la desgarradora realidad de los cientos de miles de desahucios que destrozan la vida de ciudadanos que pierden su vivienda mientras sus deudas permanecen con entidades que han sido socorridas con dinero de los contribuyentes en cantidades ingentes.

Ante este empobrecimiento general, el Gobierno y sus voceros mediáticos nos acusan a toda la ciudadanía de “haber vivido por encima de nuestras posibilidades” y que ahora “la fiesta se ha acabado” y hay que pagar los platos rotos. Sin embargo, estos tópicos olvidan que la deuda de las empresas, sobre todo del sector de la construcción, es un tercio mayor que la de los particulares, y que la deuda de los bancos es sobre todo con otros bancos europeos (fundamentalmente alemanes) que invirtieron su dinero en la especulación inmobiliaria española. Un dinero invertido que, aunque las reglas del régimen capitalista indican que se puede perder, y esa es la ley del mercado; tal circunstancia no va a ocurrir, pues esa pérdida se pagará entre todos los ciudadanos, porque si no, “todo el sistema se colapsa y no podremos salir de la crisis”.

Sin embargo, en primer lugar, hay culpables con nombres y apellidos de la crisis, que hasta ahora no han pasado por caja para devolver lo que han despilfarrado sin ser suyo, y en segundo lugar, hay soluciones, que alumbran en el sentido contrario al hundimiento que padecemos. No son mágicas ni nuevas, las están apuntando muchos economistas, que indican que deben pagar más, mucho más, tanto por responsabilidad directa como moral con nuestra sociedad, quienes más tienen. Por ejemplo, recientemente, el propietario de una empresa textil española, uno de los hombres más ricos del mundo, ha donado por iniciativa propia 20 millones de euros a una entidad benéfica. Este mismo empresario ha utilizado diversas estrategias financiero-fiscales para ahorrarse impuestos en cantidades mucho mayores que la donación realizada.

La idea de la fraternidad republicana, que defendemos desde IR, plantea que la igualdad sea una realidad para todos, lo que implica gravar proporcional y progresivamente los ingresos y beneficios.

Hay que recortar los gastos, comenzando por los suntuarios, y los despilfarros, del sector público, como puede ser, por ejemplo, que el presidente de los empresarios madrileños, sea subvencionado por el Congreso para que en el restaurante de sus señorías se den menús a 3,80 euros, mientras se quiere cobrar a los niños 2 o 3 euros por calentar en los colegios la comida comprada y hecha en casa.

La crisis no puede ser pagada por el grueso de la población, dependiente de un sueldo o pensión cada vez más miserable, o de un subsidio de desempleo por el que se ha cotizado previamente, mientras los grandes yacimientos financieros de grandes empresas, multimillonarios o entidades cubiertas literalmente de euros públicos, como la iglesia Católica, son pozos prohibidos a la hora de recabar ingresos para el Estado.

La ciudadanía se esta manifestando un día tras otro en las calles de las ciudades, para expresar su rechazo absoluto a unas medidas que no sólo son extremadamente violentas e injustas, sino que además no producen ninguna opción de cambio a mejor en la crisis sistémica de la economía capitalista.

Por todo ello, este Gobierno necesita comprender el idioma de sus gobernados, a los que todavía oye sin comprender, necesita entender el mensaje de que el rumbo debe ser otro muy distinto, favorable a la ciudadanía y no a los poderosos, españoles o europeos. Queremos que la huelga general del 14 de noviembre sea el gran NO a sus políticas que se grabe en sus retinas, y el gran SÍ a las únicas medidas que nos permitirán alumbrar un modelo económico y social que proporcione una vida digna para todos los ciudadanos.

Partit Republicà d'Esquerra

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