Desde el PRE-IR manifestamos nuestra más
rotunda repulsa ante la sentencia que inhabilita por once años al juez Garzón en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales.
El despeñadero por el que se ha lanzado la Justicia en España en los
últimos tiempos no parece tener fondo. La condena a Baltasar Garzón por
prevaricación al ordenar escuchas, con la anuencia de la fiscalía, en el marco
de la instrucción del proceso contra la trama de corrupción bautizada como
“Gürtel” puede que no sea el último escalón por descender.
En esta misma jornada, tan infausta para los que apreciamos las
libertades y la democracia, hemos tenido conocimiento de que el Consejo General
de Poder Judicial está investigando al juez Castro, ante el que declarará Iñaki Urdangarín en las próximas semanas, debido a las filtraciones del sumario que se
están produciendo. Cualquier ciudadano mínimamente interesado en la actualidad
puede enumerar múltiples casos de filtraciones sumariales sin que en ningún
caso se haya procedido a actuación alguna por parte del CGPJ. No debemos de
olvidar que en este procedimiento ni se ha imputado ni siquiera se ha planteado
que declare Cristina de Borbón cuando se sabe de su participación en algunas de las sociedades
involucradas.
Podemos seguir recordando los otros dos juicios pendientes de
sentencia contra Garzón, la absolución de Camps y Costa después de escuchar grabaciones sonrojantes… pero no haríamos otra
cosa que revelar la evidencia: el poder judicial en España es una de las
grandes palancas para mantener al país sometido a los poderes que lo dominan
desde hace décadas. En el seno de la justicia española anida el más rancio
franquismo, conservadurismo, machismo, clasismo, catolicismo… todo lo peor de
la tradición frente al progreso.
No merece esta justicia credibilidad alguna para los ciudadanos dignos
de tal nombre. En la prensa extranjera se la ridiculiza con toda la razón. Solo
los poderosos y los corruptos se llenarán la boca con su “respeto escrupuloso
por las decisiones judiciales”. Que sigan acatando y respetando la injusticia.
Los republicanos solo vemos indecencia.
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